Nine: nine times time travel

Capítulos: 20 (más o menos 1 hora)
Año: 2013
Sinopsis: Park Sun Woo es un exitoso periodista y presentador de un telediario de gran interés, pero descubre que tiene un tumor que le matará en 6 meses y que su hermano ha muerto en el Himalaya con una misteriosa barrita de incienso en la mano. Al prenderla Sun Woo, viaja 20 años al pasado, cuando su padre aun estaba vivo, al saber que existen 8 barritas más, Sun Woo decide buscarlas y usarlas para cambiar el pasado, provocando una cadena de acontecimientos incontrolable.



La temática de viajes en el tiempo, lo que implica paradojas temporales, efectos mariposa y demás, me chifla. Este drama va precisamente de eso y es genial, de principio a fin y eso es un logro en sí mismo. En todos los capítulos pasa algo, en todos te sorprende y en todos logra ponerte al borde del asiento.

Park Sun Woo llega al Himalaya con dos asuntos en mente, recuperar el cuerpo de su hermano, Jung Woo, muerto en extrañas circunstancias y pedirle matrimonio a una compañera de trabajo, Joo Min Young. Además quiere encargarse de destruir a un viejo conocido de su familia, un médico que hace 20 años se aprovecho de la muerte del padre de Sun Woo para apoderarse de la clínica de este y ahora es un hombre rico y respetado en el campo de la medicina. Sun Woo está seguro que es culpable de la muerte de su padre, que falleció en un incendio, pero por falta de pruebas no ha podido echarle el guante al malo, que se llama Choi Jin Chul. Y ya para rematarlo todo, Sun Woo tiene una fecha límite para todo, porque le han diagnosticado un tumor en el cerebro y solo le quedan 6 meses de vida.

Joo Min Young en cambio es una joven despreocupada que está loca por los huesos de Sun Woo y desde hace 5 años ha estado detrás de él, para ver si le hacia caso. Cuando justo menos pensaba que lo lograría, Sun Woo se presenta donde ella está haciendo un reportaje, el Himalaya, y le propone un corto matrimonio por seis meses, aunque no entiende el proceder de él, es tanto lo que le quiere, que acaba aceptando, también ayuda que nada más que la ve, Sun Woo, le planta un beso que la deja alucinada. Min Young es una chica alegre y quizás para los estándares de por aquí un poco simple, pero solo por ver como se porta Sun Woo con ella, vale la pena.

Porque parece que él ni la toma en serio ni nada, siempre está haciéndole bromas y hablándole medio en serio, medio en broma. Pero el amor que Sun Woo siente por Min Young, que parece al principio que en realidad no le interesa, es inmenso, vaya si la quiere y como la quiere, como sufre por ella el pobrecito. Y como se esfuerza por estar con ella, después de que aparezcan en su vida ciertos palitos de incienso. La química por cierto es muy buena, porque ella está rendida a él y Sun Woo cuando se lanza es que no hay quien lo pare y menudos besos le estampa. La parte de la luna de miel en el Himalaya es preciosa y espectacular por los impresionantes paisajes nevados y porque ellos dos están encantadores.

Ahora vamos a la parte fantástica. Sun Woo descubre que su hermano murió en medio de ninguna parte con tan solo la compañía de una barrita de incienso, que al encenderla le transporta de inmediato a 20 años exactos al pasado. Entonces recuerda que cuando se lo encontró por última vez, Jung Woo hablaba de que quería que todo volviera a ser como hace 20 años, cuando su padre estaba vivo y la familia era verdaderamente feliz, la madre acuso mucho el golpe de la muerte del marido y ha desarrollado una enfermedad por la que está como ausente todo el tiempo. Sun Woo decide aprovechar esta oportunidad, al enterarse que hay otros 8 palitos de incienso, para cambiar el pasado, evitar que el padre muera y por tanto toda la cadena de acontecimientos posterior derivadas de su muerte. Como cada palito le concede media hora en el pasado, Sun Woo, que es muy espabilado, enseguida empieza a sacarles provecho. Las reglas de como funcionan son fáciles de captar y no hace falta que expliquen de donde vienen, sino que solo cuenta como pueden usarse. Pero claro, al volver al pasado y cambiar las cosas, esto tiene un efecto dominó y es que cuando Sun Woo modifica los acontecimientos, las personas involucradas en ellos ven como, automáticamente, lo que ocurre en el pasado les afecta y adquieren nuevos recuerdos de forma repentina lo que hace que se queden patidifusos y sin entender en varios casos que está pasando y hasta creyendo que se están volviendo locos. Y lo peor es que también cambian hechos que ocurrieron de una manera y que se vuelven de otra, cosas que Sun Woo no esperaba provocar y que le acarrean nuevos problemas por los que debe seguir volviendo al pasado a cambiar las cosas y paro de contar, pero me encanto verlo.

Me fascina la maestría de la guionista, para en un mismo capítulo hacer que te emociones totalmente, que te rías y que sufras con lo que va a pasar. La historia siempre está en movimiento y si bien los viajes en el tiempo son una temática muy explotada, siguen siendo golosos porque las posibilidades son infinitas y Sun Woo que siempre ha tenido todo bajo control, acaba teniendo que colaborar con su yo del pasado para que todo salga como esperaba, porque al estar en el pasado su presencia lo cambia todo para bien y para mal y parece que el protagonista nunca va a terminar de arreglar las cosas. De hecho, dejan claro que hay cosas que no se pueden cambiar por más que se intente.

Para rematar todo, la trama nunca pierde fuelle, al contrario va enganchándote más y más y tengo que dar la enhorabuena a la autora de este drama, porque cuando pones en la ecuación algo tal complejo y volátil como los viajes en el tiempo, te puede salir bien o fatal. Aquí todo está acorde, no sobra ni falta nada, no quedan cabos sueltos, todo lo que vemos se explica. Toda causa, tiene su efecto y la guionista lo tenía todo estupendamente pensando y no me extraña que me encanten sus dramas, porque es quien creo también W y Queen In Hyun's man. Un dorama imperdible, aparte del estupendo trabajo de la guionista, el protagonista está genial en su papel y ya cuando interactúa con su yo de hace 20 años es la caña. Pienso reverla porque no tengo dudas de que merecerá la pena.